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Registrando el pasado

Fuente: Hannah Olinger/Unsplash

Un life-changing moment fue ése en el que descubrí que las listas no tienen que ser sólo una herramienta de organización donde apuntar aquello que tengo que hacer -un registro futuro– y que abandonará mi escritorio tachado, borrado e inteligible. Fue entonces cuando comencé a hacer listas a posteriori de cosas que ya había hecho. Dicho así, puede no tener mucho sentido (¿para qué apuntar lo que ya no debo recordar, porque lo he ejecutado?). Sin embargo, es en esa misma pregunta retórica donde encontramos la respuesta: registrar lo que ya has hecho es esencial para muchas de nosotras. 

“¿Qué he hecho durante el confinamiento?”

Aunque encontrarás múltiples ideas y diseños en el maravilloso mundo de las redes sociales o hablando con tu entorno, el registro no es más que una lista de aquellas tareas, acciones, actividades o proyectos que hayas ejecutado y que, por algún motivo sentimental, emocional o práctico, desees que quede constancia de ellos. Sin ir más lejos, decidí comenzar una pequeña lista a inicios de abril: ¿Qué he hecho durante el confinamiento? A pesar de teletrabajar, la noción del tiempo cambió para todos estando obligados a permanecer en casa, viviendo la transición del invierno a la primavera (y al verano) a través de las ventanas de nuestros hogares. Sentía que estaba haciendo muchas cosas pero, extrañamente, no diferenciaba días o recordaba muchas de ellas. En este caso he registrado todo tipo de actividades, desde algunas muy generales como “He visto series”, hasta otras muy concretas o triviales tales como “He arreglado la balda de la estantería”

Con esto quiero decir que registrar tu actividad te aportará varios beneficios a nivel personal. Para empezar, te ayuda a ser y estar, a ser consciente de aquello que realmente consigues hacer diariamente, que no es poco. A menudo obviamos todo lo que logramos a lo largo de un día o periodos de nuestras vidas y pensamos “no he obtenido nada”. No obstante, has realizado múltiples actividades que no calificamos como satisfactorias porque, simplemente, no son el final del proyecto -no las tachas en tu “To-Do List”-, y por tanto contribuyen a desanimarte sin sentido alguno. En el camino hacia la reflexión registrar los pequeños pasos que has recorrido pueden ser la diferencia entre continuar y abandonar. Por otro lado, como he querido ilustrar con el ejemplo de la lista de ‘confinamiento’, nos aporta una mejor visión del tiempo invertido en un proyecto y sus resultados. Es decir, nos ayudará activamente a progresar en nuestra actividad, pues veremos con mayor claridad cuáles son los pasos a dar en el futuro. 

“Crear un registro pasado o llevar un diario de logros hará que tu perspectiva frente a los nuevos retos madure”

Frecuentemente nuestras acciones no producen el resultado deseado. No siempre que estudiamos a tope conseguimos un sobresaliente ni tras un mes de ejercicio intenso y dieta moderada logramos bajar esos dos kilillos de más. Esta ausencia del resultado esperado suele transformarse en ausencia de motivación o la creencia de que no ha habido avance como tal. Crear un registro pasado o llevar un diario de logros hará que tu perspectiva frente a los nuevos retos madure, desvelando que realmente sí ha habido avance -distinto o menor al deseado, puede ser, pero aun así: un paso-. Ése es el empujoncito que quizás te haga continuar con el proyecto que tienes entre manos.

Gemma Suárez

Mujer, millennial tardía, profesora. Escribe a ratos, aprende siempre.

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