Asegúrate de tener todos los ingredientes y seguir la receta al pie de la letra…
-2 horas de gimnasio diario (incluir cardio y fuerza) y no olvidar subir videos haciendo la rutina, y mostrando los músculos.
-1 nuevo corte y tinte de cabello (favor de subir la selfie a redes sociales y obtener aprobación)
-1 aplicación de botox cada 6 meses pasados los 30
-Outfit a la moda
-Zapatos de tacón alto
-Labios inyectados
-Cejas dibujadas
-Perfume de tu elección
-Visita al cirujano para hacer arreglitos por aquí y arreglitos por acá…
¡Y voilá… lista para la vida! ¡Autoestima nueva!
¿Qué pasa con la autoestima? ¿Por qué las consultas estéticas han incrementado drásticamente en los últimos años? ¿De dónde viene cubrir cierto patrón de belleza?
¿Es realmente la imagen externa la responsable de nuestra autoestima?
Pues lamento decir que si sigues al pie de la letra esta receta que menciono… te desconocerás y no, eso no será la solución a tu autoestima.
Los cambios de look o de apariencia están íntimamente ligados al estado emocional, y si bien es cierto, que el aspecto exterior impacta en el interior, no quiere decir que lo sea todo.
Una vez entré a un salón de belleza que tenía un gran letrero que decía: “Yo no arreglo tu cabello, arreglo tu autoestima”
¡Qué fuerte! ¿no crees?
Y seguramente alguna vez has salido del salón de belleza sintiéndote una reina, pero… ¿Cuánto dura?
Los bajones emocionales pueden hacer que las personas descuiden su aspecto físico y posteriormente, en una etapa por superar alguna fase de una ruptura, un duelo, o iniciar un nuevo proceso, buscan fortalecerse haciendo cambios externos. Y esto en verdad es maravilloso cuando la persona no sólo realiza el cambio por fuera, sino también por dentro. Es maravilloso cuando la autoestima se reconstruye de a poco, cuando por ejemplo hacer ejercicio cobra un sentido más de fondo, cuando hacerlo va en función de nuestras metas de bienestar, salud e imagen, cuando nos sentimos bien con nosotras mismas por lograrlo y no en lograrlo para otros.
Es maravilloso darnos la oportunidad de estrenar un nuevo corte o color en el cabello, cuando lo hacemos por el gusto de vernos distintas y de sentirnos mejor. Pero ¿qué pasa si todos estos cambios suceden sin un trabajo interior?
Las personas que se someten a cirugías estéticas cambiando drásticamente su aspecto, posteriormente pueden sufrir depresión debido a una falta de identificación personal. Si la persona no tenía un autoconcepto ni una autoimagen con la cual estuviera en paz, tampoco lo estará con un aspecto distinto. Las heridas emocionales no se modifican junto con la apariencia. El alma traumatizada seguirá traumatizada a pesar de los implantes, o las extensiones, o el cabello azul. Sin embargo, cuando hay un trabajo real interior, el cuerpo, como respuesta, comienza su propio cambio.
Nada es nuevo… siempre lo hemos sabido… cuerpo y mente van unidos, pero los estándares de belleza se olvidan a veces de la belleza interior.
La construcción y reconstrucción de la autoestima es un trabajo profundo que incluye la aceptación de todo lo que somos y la capacidad de amarnos.
Si has pensado hacer algún cambio drástico a tu imagen, te invito a que no descuides tu cambio interior, a que revises qué te está llevando a hacerlo, qué te gustaría que fuera diferente, en quién te imaginas que te convertirás con ese cambio, o qué cosas harás que hoy no haces.
¿Para qué quieres ser distinta?
No vengo aquí a juzgar las transformaciones físicas, sino a invitarte a hacerlo -si es que es tu caso-, con mucha responsabilidad, sabiendo la importancia de sanar emocionalmente antes de buscar hacerlo a través de la apariencia.
Hazlo de ti para ti, sin seguir estándares impuestos, sin querer vivir en cuerpo ajeno, sin cumplir expectativas de otros.
Atiende y embellece tu interior, observa cómo vuelven a crecer flores en tu alma, y entonces sí… diseña tu jardín como te plazca…
