Ya ha pasado el 8M y los logos de conocidas marcas abandonan el morado para volver a gama de colores corporativa.
Y es que el 8M parece haberse convertido en el nuevo Black Friday exclusivamente para mujeres. El Día Internacional de la Mujer se ha mercantilizado con ofertas exclusivas para mujeres, con el lanzamiento de productos de color morado o tiñiendo de morado el logotipo. Por supuesto sin que ello suponga ningún tipo de cambio en las políticas de igualdad de dichas organizaciones.
El término Purplewashing fue acuñado por primera vez por la escritora, activista y autora de la novela “Pronoburk”, Brigitte Vasallo. Según Vasallo, el purplewashing sirve sobre todo para legitimar la islamofobia. Como es el caso de todas aquellas personas que arremeten contra las mujeres musulmanas que visten velo o burkini pero que jamás les oirás una reflexión sobre lo que realmente es la depilación femenina en occidente.
Ahora puede traducirse en apropiarse de la causa feminista, pero solo cuando interesa.
El 8M parece ser el día mundial del limpiado de imagen que hacen tanto grandes empresas como instituciones, que se abanderan con grandes lemas a favor de la liberación de la mujer y en defensa de la igualdad pero que parecen haberse olvidado de concretarlo en acciones reales.
Así que quiero hacer un llamamiento a esos departamentos creativos, de marketing y de comunicación: Por favor, antes de plantear una campaña para el Día Internacional de la Mujer, ponerla a prueba con este checklist:
- ¿Es coherente que nuestra empresa se abandere con la causa? ¿La practica internamente?
- ¿Se trata de un apoyo anecdótico o lo vamos a mantener en el tiempo?
- ¿La campaña ha tenido en cuenta alguna mirada alternativa que pueda hacer otra lectura de la misma o ha sido diseñada únicamente por hombres blancos y heterosexuales?
¿Parece sencillo no? Pues veremos qué marcas nos sorprenden el año que viene… Porque todavía estamos a años luz de que la mayoría de ellas se unan a la causa feminista de forma legítima.
