Sin azúcar ni pan, desalojados, el hambre es un relámpago que crece en su hogar de cartón y sin tejados. Nadie pide poetas que trabajen la jornada completa a sueldo fijo… incluso, alguna vez, alguien les dijo: “Las cuentas no se pagan con poesía”. Sin embargo, al final de cada día, en silencio, agradecen la…
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