Mi amigo Fran acaba de cumplir 30 años, y conversando con él le pregunté:
-¿Qué propósitos tienes para esta nueva década?
-Casarme y tener hijos.
– ¿Y eso? ¿Te gustan los niños?
–Es lo que toca, Macarena. Acabo de cumplir 30 palos: Se pasa el arroz.
Como si casarse o tener hijos fuese una OBLIGACIÓN y no una DECISIÓN, como quién se compra el típico abrigo de temporada que todo el mundo lleva “porque es lo que toca”.
“No olvidemos que el matrimonio no deja de ser un negocio jurídico”
No creo que la elección de tener hijos o firmar un contrato (porque no olvidemos que el matrimonio no deja de ser un negocio jurídico) fuera algo por lo que todo el mundo debe pasar, sin antes cuestionarse qué es lo que realmente te hace feliz.
Me hubiera parecido un propósito fascinante si su respuesta hubiera sido “porque eso me hace feliz” pero “es lo que toca” me parece un argumento influenciado, vacío y superficial para dos decisiones de vida tan importantes. ¡Como si el tiempo le limitase a actuar! ¡Como si la sociedad decidiera su vida!
Si a menudo nos preguntásemos qué es lo que realmente me hace feliz, ignorando los dictados o cánones de la sociedad y escuchando a nuestro corazón, seríamos mucho más felices.
“Ser libre es defender TU FELICIDAD, aunque el resto no lo entienda”
Yo solo le pude aconsejar a mi buen amigo con una simple frase, con la que defino la palabra libertad: ser libre es defender TU FELICIDAD, aunque el resto no lo entienda. La vida es tuya y de nadie más, por lo tanto, ve a tu ritmo…
