Esta claro que a estas alturas el término ‘inclusión’ tenemos claro lo que significa, pues discrepo. Lo que puedo asegurar es que sabemos que hablamos sobre personas con diversidad funcional y sobre cómo incluirlas en la sociedad. Pero, ¿cómo?, ¿ellas no son parte de la sociedad? Pues no. No tenemos las mismas oportunidades, ni el mismo trato, ni tan siquiera el mismo valor en la sociedad.
A mi entender ‘inclusión’ es que podamos participar en la sociedad sin distinción alguna. Para eso hay que cambiar ciertas cosas, empezando por nuestras mentes y nuestras limitaciones con esas personas. Así que empecemos ya, que llegamos tarde.
Desde el principio hacemos distinción entre las personas con diversidad funcional física y psíquica, a grandes rasgos. Esta última esta bastante más discriminada. Al no distinguir la discapacidad al instante, no generamos la misma empatía y paciencia hacia la persona. Incluso, se nos olvida con facilidad y tendemos a presionar, recriminar y perder los nervios. Cosa que no suele pasar con personas con una diversidad funcional física, como con movilidad reducida o ciega, con las que, de repente, no tenemos prisa, podemos cambiar cosas y maneras de actuar. En general, podemos realizar un esfuerzo para facilitar por unos momentos la vida de esa persona.
La empatía como actitud es lo que tiene que predominar en el trato hacia las personas, independientemente de su situación o condición. Es evidente que para algunos es más funcional que para otros y su vida cambia conforme a ella y que para muchos otros las complicaciones son casi imperceptibles. Aún así, no creo que nadie se aventure a decir que domina todas las capacidades al 100%. En este viaje de la verdad, me adentro en mi persona y consigo distinguir no una, sino varias incapacidades, a las que nunca haré referencia, porque a nadie le gusta mostrar sus debilidades, y que me complican la vida, la mente y mi paciencia.
Así que llegados a este punto, la inclusión nos la tienen que hacer a nosotros, pues cada uno, sin excepción, en nuestro interior flaquea de alguna destreza mental o física, que nos convierte a toda la sociedad en personas con diversidad funcional.
