¿Crees imprescindible expresar tus emociones? ¿Te cuesta exteriorizar tus sentimientos?
Cada quién busca la forma de comunicarse a través de diferentes artes o actividades y, cuando escuchamos a la intuición, la encontramos. Yo me refugié en la escritura, y por eso, en mi primer libro comparto con el lector las cartas y relatos que he ido escribiendo a lo largo de mi vida.
Para acercarme a ti, he querido dejar aquí, el prólogo que me ha regalado una gran amiga, escritora y, también redactora de nuestra revista en BikiniBurka, Macarena Arnás.
PRÓLOGO
Creemos que somos libres, pero desde pequeños nos etiquetan en casa, en el colegio y en las relaciones. Y sin quererlo ni buscarlo, condicionan nuestras acciones y nuestra verdadera esencia.
Nacemos puros, inocentes y sin etiquetas. Y esa libertad se va mermando a medida que avanzamos en la senda de la vida. Por eso, me gusta observar los dibujos de los niños para conocerles y escuchar su verdad futurista y libre de prejuicios.
Thays, con su valentía y sensibilidad se atreve a desnudarse a través de la palabra, sin abandonar a su niña interior. Admiro la sinceridad que envuelven sus letras y aprecio la pureza de sus relatos y poemas, al igual que cuando veo el trazo del dibujo de un niño que quiere expresar con dibujos lo que siente.
Ella transmite transparencia con su mirada, huye de convencionalismos y ataduras, dice lo que piensa y en ocasiones se protege para que no hieran su intrínseca fragilidad. En su rostro, observo algunas cicatrices que se grabaron en su infancia, pero que sin embargo, hoy la han hecho más combativa y creativa. Cuando la escucho, puedo leer la profundidad con la que vive cada momento, la pureza que manifiesta cuando se siente protegida, la inquietud por conocer, viajar y aprender.
Su libro, son sus raíces, la necesidad de expresar aquello que le ha hecho sentir, la libertad de soltar el dolor y la conexión con esa niña interior que nunca ha dejado de abrazar.
En sus páginas podrás identificar la magia de un lugar, el apoyo de un buen amigo, la añoranza de un abuelo, la pérdida que forma parte de la vida, la calidez de un niño que nos enseña y la libertad de sentir sin etiquetas.
Por eso, querido lector te invito a leer y soñar sin olvidar a tu niño interior, porque es el único que te dará paz cuando tu corazón se encuentre en guerra.
Macarena Arnás
Grafóloga, experta en técnicas proyectivas y escritora.
