fbpx

Él me rompió los esquemas

El calendario dice que el verano dura sólo tres meses; sin embargo, este verano para mí ha durado más de la cuenta. Y si echo la vista atrás, parece que ha pasado media vida desde aquel antes y después. 

Dicen que cuando esto ocurre es porque los acontecimientos han ido sucediendo y amontonándose demasiado rápido en un período corto de tiempo, algo que a veces nos supera y no logramos gestionar. Otras veces, el mejor de los casos bajo mi punto de vista, nos hace crecer obligatoriamente.

«Un año en la gran ciudad es comparable a diez años en la isla», esto también lo experimenté en primera persona, desde entonces las mechas disimulan mis canas como un fijo mensual.

Lo que no había experimentado es que un VeRaNo SiN Ti pudiera suponer un giro de 180 grados. Y de estar en punto muerto, de repente, estar AQUÍ.

¿Recuerdan mi artículo “Tardé en dejar de echarlo de menos”? Creo que ese fue mi punto de inflexión, porque a pesar de haberlo escrito seguí tardando, de hecho, “tardé en rehacer mis propios esquemas porque me los rompió todos cuando apareció, pero más aún cuando se marchó”.

Lo que no sabía era que no se había marchado, seguía ahí para mí, pero no de la manera que a mí me habría gustado. Quizás de una manera mucho mejor, pero eso era algo que no podía ver entonces y, por tanto, necesité TARDAR para darme cuenta.

Y es que el amor no correspondido es una puta mierda, no nos vamos a engañar, pero nadie se ha muerto por amor todavía, tampoco por desamor, así que siendo fiel a mí misma diré que siempre será mejor sentir que no hacerlo, porque sentir es de valientes y la cobardía es sólo para los mediocres.

Total, que me armé de valor y se lo conté todo, me arriesgaba a que no quisiera escucharme o a que no le importara nada de lo que pudiera decir, es lo que pasa cuando te expones. Por el contrario, me encontré con que no sólo quería escucharme, sino que entendió todo lo que sentía. Me dijo lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo: “quiero que escribas, y quiero que conmigo te sientas libre para hacerlo”. 

De todas las posibles respuestas que imaginé en mi cabeza horas antes de tener esa conversación con él, ninguna fue esa, y lo mejor de todo es que ni siquiera sabía que necesitaba escuchárselo decir. Me quedé en silencio y sólo pude sonreírle, porque fue como darle paz a todo el tormento que llevaba por dentro.

Existe una técnica japonesa llamada Kintsugi que consiste en recomponer los pedazos rotos de un objeto de cerámica y cubrir las costuras con polvo de oro o plata.

Creo que eso fue lo que hizo conmigo. No sé si eligió oro o plata para recomponerme, lo que sí sé es que funcionó porque desde entonces mi interior se transformó, y lo que un día me desestabilizó por completo, de repente, pasó a ser mi punto de gravedad.

Hay historias de amor correspondido que te desbordan el corazón. Y luego hay historias que aun siendo NO CORRESPONDIDAS te llenan el alma, porque después de todo, sólo me queda claro una cosa, que llegó a mi vida para romperme los esquemas y armármelos de nuevo.

Mymi

Sonríe con la mirada, ríe con el alma y escribe lo que no se atreve a decir.

Comentarios

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Responsable de los datos: Square Green Capital
Finalidad: Gestión de comentarios
Legitimación: Tu consentimiento expreso
Destinatario: servidores de Siteground
Derechos: Tienes derecho al acceso, rectificación, supresión, limitación, portabilidad y olvido de sus datos.