Llegó el momento tan esperado, después de casi 12 años de estudio, llegó el día de mi graduación en el colegio, para así iniciar con mucha ilusión la búsqueda de una Universidad donde estudiar diseño gráfico. Estaba muy entusiasmada por esta nueva etapa, evalué cada Universidad, la calidad de la educación, el prestigio, los valores y la visión de cada centro de Educación Superior y algo más que muchos otros estudiantes no consideran importante buscar: la infraestructura y fácil acceso a los salones de las clases para personas con movilidad reducida.
Elegí estudiar en la Universidad Galileo la carrera de Diseño Gráfico, una profesión que me apasiona. Logré culminar mi carrera e inicié una nueva etapa, la búsqueda de experiencia laboral.
“Además de superar esas barreras, tenía que buscar infraestructuras adecuadas para movilizarme con mayor facilidad”
Creí que con el conocimiento adquirido y mi título profesional sería más fácil poder encontrar una gran empresa e iniciar mi vida laboral, pero no fue así. Para muchos las barreras para encontrar empleo se debe a la falta de estudios, falta de seguridad en sí mismos o no saber qué desean en la vida. Además de superar esas barreras, tenía que buscar infraestructuras adecuadas para movilizarme con mayor facilidad y contar con un equipo de trabajo sin limitaciones en su forma de pensar, que no confundieran mi capacidad creativa con mi capacidad para caminar.
Mi primera experiencia laboral fue en una prestigiosa Editorial, acepté la oportunidad laboral sin importar las dificultades para subir por gradas 3 niveles cada día. Era Gerente de Mercadeo y diseño, me encantaba mi trabajo, por lo que no importaba tener que esforzarme más que los demás. En ocasiones era necesario solicitar apoyo de otras personas para trasladar materiales, lo que causó mi despido por no poder realizarlas por mi cuenta.
“Programas de inclusión laboral que confunden la empatía con caridad, ofreciendo oportunidades laborales con responsabilidades que no requieren ninguna preparación”
En Guatemala existen programas de inclusión laboral para personas con discapacidades, pero lastimosamente confunden la empatía con caridad, ofreciendo oportunidades laborales con responsabilidades que no requieren ninguna preparación, ofreciendo salarios por debajo del mínimo.
En los 11 años de experiencia laboral encontré la oportunidad de trabajar con 3 empresas desde mi casa, con una jornada laboral de 8 horas al día, gracias a las herramientas que ofrece Internet y mi computadora, realizando mi trabajo de manera eficiente.
“La mayor barrera no es la infraestructura, es la limitación del pensamiento de quienes no ven más allá de nuestras limitaciones físicas”
Como yo, hay miles de personas que se preparan para poder trabajar pero muchas veces no tienen la oportunidad. La mayor barrera no es la infraestructura, es la limitación del pensamiento de quienes no ven más allá de nuestras limitaciones físicas, en lugar de la oportunidad de encontrar talento y pasión.
