Llevo varias semanas haciéndome la pregunta de qué es el amor e incluso
trasladándola a personas de mi entorno. He notado en sus rostros asombro,
incertidumbre y pocas respuestas instantáneas.
Frases como “vaya pregunta me haces”, “uff, no sé si alguna vez he llegado a
vivir el amor”, “que pregunta más complicada”, “el amor es una mierda” …y
como estas, otras tantas respuestas en la misma línea.
No te negaré que yo misma me hice esa pregunta en varias ocasiones porque
no tenía la respuesta o tenía una falsa idea contaminada por lo que nos venden
de esa idealización del amor romántico. Te confieso que mi concepto de amor ha cambiado estos años y he condenado todos esos calificativos como “el verdadero amor”. Tras reflexionar las últimas semanas sobre el tema, y muchas vivencias, te comparto lo que para mí es el amor.
Probablemente, sea lo más parecido a irte a dormir tranquilo, en paz, sea el
estar tú en sintonía logrando ese equilibrio para poder ofrecer y compartir lo
mismo con las personas que tienes en tu vida. Y, por supuesto, recibir lo
mismo. El amor es el mayor acto recíproco que tenemos, el amor no es
excluyente, no limita, no pesa y tampoco te compara. Y mucho menos te
censura. El amor no te pide razones, te las da.
Amar es respetar tus límites, decisiones y actuar en consecuencia. Y, claro, el
amor no es no tener palabras, es tener todas las del mundo para compartir
desde libertad. Es sentirte libre para marcharte siempre que no sea así. Y como
me recordó mi amiga Cristina hace unos días, y que también fueron parte de
sus votos de boda, es “querer con todo, no por encima de todo o a pesar de
todo”. Lo que viene a ser amar sin rodeos, con todas sus luces y sombras.
También creo que amar va de sentirse especial cuando miras a los ojos de la
otra persona. Es, en definitiva, esa tranquilidad incomparable.
Pd: Si la encuentras, no la dejas escapar.
