En alguna ocasión hemos podido bloquear por Whastapp o cualquier red social a una persona que nos moleste o acose, entendiendo por acoso lo que establece nuestro código penal en el art 172 es decir, cuando recibimos amenazas y mensajes de manera reiterada. En estos casos, es entendible y necesario el bloqueo…pero…¿qué sucede cuando no ocurre nada de esto y deciden bloquearnos?
Son muchas las personas que entran en bucle intentando entender qué es lo que han podido hacer mal para recibir tal bloqueo, llegando a la culpabilidad y la impotencia por no poder manifestar sus emociones Es una manera sutil de ponernos un bozal con un simple clic.
El bloqueo de Whatsapp puede llegar a ser una técnica de manipulación silenciada al que recurren ególatras y narcisistas cuando deciden dominar la situación. En este post quiero agrupar a los diferentes tipos de personas (por no llamarles otra cosa) que deciden recurrir a esta habitual práctica.
- EL ANSIAS. Vive acomodado en la cultura de la inmediatez, si quiere comer pide un Glovo, si quiere ligar usa Tinder, si quiere una respuesta te escribe por Whatsapp, por eso, si tardas en responderle a un mensaje o simplemente no aceptas quedar cuando quiere, decide bloquearte para hacerte sentir culpable. Una táctica que retrata a la perfección a un niñato caprichoso y radical que busca el sometimiento y la adulación constante.
- CASPER. Es el rey o la reina del famoso “ghosting”. Los cobardes en su máxima potencia que deciden bloquear sin explicar absolutamente nada generando ansiedad y culpabilidad a sus víctimas para evitar afrontar una conversación incómoda. Esta práctica no debe confundirse con la técnica sana del contacto cero que se usa después de romper con alguien.
- KARDASHIAN. No tiene la silueta de las Kardashian pero sí el suficiente descaro para practicar “curving” es decir, la persona posee un estilo pasivo agresivo en las comunicaciones pero sin argumentar qué es lo que le sucede. En sus respuestas ni confirma ni desmiente y si decide bloquearte antes te enviará un mensaje políticamente correcto donde no quepa respuesta y pueda quedar bien. Este tipo de sujetos juegan con la ambigüedad para alimentar su ego.
- EL MAGO INFIEL. Para evitar mensajes o llamadas de su amante decide bloquear o poner el modo avión cuando está con su pareja, sin embargo, después por arte de magia te desbloquea y tiene el papo de decirte que ha tenido un problema con las comunicaciones.
- EL ETERNO PETER PAN. Su madre le dio mucha leche para que creciera pero pocos recursos para gestionar sus rabietas. Se enfada, te bloquea, se va al rincón de pensar y luego te desbloquea, en el fondo es el más vulnerable de todos los demás, ya que al menos suele tener la capacidad de pedir perdón, es un bebé de 40 años con el famoso síndrome de Peter Pan.
Esto son solo algunos de los motivos por los que las personas deciden recurrir a esta práctica, cuando se bloquea no se da importancia a la persona bloqueada, se da valor al sentimiento que nos provoca esa situación. Existe un dolor emocional.
Sería más sano hablar del problema y en el caso de romper hacerlo de manera clara, comunicando y aprendiendo a cerrar puertas para poder crecer y avanzar, porque como dice la famosa canción de Maldita Nerea. “La respuesta no es la huida”.
